La semilla de chía (Salvia Hispánica) es originaria de zonas montañosas en climas tropicales y subtropicales. Junto con el Maíz, el Frijol y el Amaranto, fue una de las principales fuentes de alimentación de las culturas precolombinas.
La chía en dialecto náhuatl (chian) significa “aceitosa”, y era fuente de energía para los viajes largos y raciones para los guerreros, junto con el maíz.
Los conquistadores intentaron reemplazar la cosecha con las importadas del Viejo Mundo. La semilla de chía sobrevivió en pequeñas parcelas en las zonas del sur de México, Guatemala y Nicaragua, y ahora regresa 500 años después al lugar que le corresponde como un importante pilar de la nutrición de la humanidad.